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GRAFÍAS

CIUCO GUTIÉRREZ

Las primeras imágenes que vi de Miguel Ángel García tenían ya algo que ver con lo concreto, con la síntesis, con la abstracción. Más adelante, en una exposición individual que hizo en Madrid, ya se veía en sus fotografías la ambición de contar algo desde una óptica personal.
Este nuevo trabajo se trata de una serie obras que él denomina “Pintando la luz” y que recoge imágenes en las que la luz y la abstracción tienen un protagonismo absoluto. Parece que Miguel Ángel ha encontrado las armas con las que luchar en el apasionante espacio de la fotografía de autor. Para ello ha dejado un poco de lado la foto y se ha centrado más en la grafía, en los espacios fantasmales en los que la luz deja su rastro creando caminos emocionales.

El referente, ahora más que nunca, queda en un segundo plano y lo que interesa es su alma, su halo, su huella de luz. Miguel Ángel ha conseguido llegar a una abstracción más lírica y actual, alejada en el tiempo de aquellas primeras abstracciones de texturas y color. Ahora nos presenta estas piezas de gran formato con la seguridad que le da el saber que el trabajo y el esfuerzo ha merecido la pena. Por tanto, podemos decir que Miguel Ángel –en su búsqueda– ha sido fiel a sí mismo pero a su vez se ha exigido llegar a un punto de discurso personal y contemporáneo. El camino está abierto y en él seguro que nos ofrecerá en el futuro obras más depuradas. Hay que seguir adelante y hacer que los hallazgos (magnífica la imagen titulada Homenaje a Philippe Starck) sean las llaves que abran las puertas de trabajos posteriores.